Shakespeare
hizo esa pregunta, y dijo acto seguido, "¿acaso una rosa, de llamarse por
otro nombre, no olería igual de dulce?" Por supuesto que la rosa sí olería
con la misma dulzura, porque continuaría emanando la belleza y fragancia para
las cuales fue creada.
Y haciendo caso omiso del apelativo
que se le aplicase, seguiría expresándose tal cual Dios lo determinó.
Poco importa cuál sea tu nombre en tanto que
estés viviendo al máximo que te sea posible, y que en realidad estés poniendo a
Dios de primero. Entonces tu nombre será el nombre de algo fino, recto y virtuoso, porque estarás labrando esas
cualidades en tu vida.
La Biblia le da mucha atención a los
nombres. Por ejemplo, Isaías, al hablar de la venida de Jesucristo, dice: «Su nombre será Maravilloso, Consejero, el Príncipe
de la Paz» Y Jesús habló de sí como el Hijo del
Hombre, y el Hijo de Dios.
Cada uno de estos nombres indica una
cualidad en la que Jesús se destacaba. De manera que en toda la Biblia el
nombre siempre indica el carácter y las cualidades de la persona o cosa.
Ahora bien, la Biblia fue escrita para
ti y acerca de ti, y todos los nombres en ella escritos se aplican a ti en un momento u otro. Eres Job
en toda su miseria cuando crees que las cosas externas tienen poder para producir sufrimiento y enfermedad.
Eres Judas cuando quiera que traicionas tu conocimiento de la Verdad, y escoges
lo inferior en vez de lo superior. Y eres Jesús cuando, momentáneamente, te has
elevado en conciencia y sabes, en ese instante, que tú y Dios son Uno. ¿ Qué
hay en un nombre? Pues todo depende de cómo escoges vivir.
Tomado del Libro " Reclama Lo Tuyo " .-Emmet Fox
Tomado del Libro " Reclama Lo Tuyo " .-Emmet Fox