Fuera de la Biblia encontramos muchas referencias a la constitución cuádruple del hombre. En el Mundo Antiguo se hacían
invariables referencias a las cuatro partes en calidad de "Elementos", y eran llamados tierra, aire, agua y fuego. La tierra representa el cuerpo físico; el aire, el intelecto; el agua, la naturaleza sentimental y El fuego, la parte espiritual o Divina de nosotros . Se consideró que, por múltiples razones, era preferible no dar este conocimiento abiertamente al público
en general, sino ocultarlo detrás del velo de tales símbolos, y darle la clave sólo a quienes estaban preparados para ello.
El Zodiaco -al que también se le puede llamar el Reloj Cósmico - está dividido también de esta manera.
De los doce Signos, tres están asignados a cada elemento y, así, ellos forman una gráfica
o diagrama-imagen del hombre.
La idea de estos cuatro elementos
también está expresada en los símbolos tradicionales para los cuatro Evangelios. Mateo está representado por un buey o
becerro. El león de San Marcos le resulta familiar a todos; Juan tiene un águila, y para Lucas la cara de un
hombre es el símbolo aceptado. Esta tradición se remonta a las épocas tempranas, y estas criaturas aparecen -cada una adherida a su propio
Evangelio- en muchos de los manuscritos ilustrados de la Edad Media, así como
en los vitrales de las primeras catedrales de Europa.
Aquí recibimos un desenvolvimiento aún
más alto de la lección de los cuatro elementos porque, así como los Evangelios son
las expresiones más altas del mensaje cristiano, así estos símbolos nos dan el
enunciado final en cuanto al método de la superación del hombre.
Mateo toma a la gente tal cual la
encuentra en el plano material, asume sus costumbres y tradiciones y, al encontrarse con ella en su propio
nivel, le da el Evangelio en la manera que él piensa que ella lo puede recibir. El cuerpo físico y el mundo material del cual el primero es
parte están con nosotros por mientras, y tenemos que tolerarlos y manejarlos lo
mejor que podamos. Ahora pueden ver cuán bien está expresada esta idea por el Elemento Tierra (el buey).
El Evangelio de Marcos es el más intelectual de los cuatro. Es simple, directo, y tan sistemático como un
despacho militar o un reporte de ingeniería; no obstante, su símbolo es el león que, como hemos visto, representa el elemento espiritual. ¿Por qué es esto así? El objetivo es enseñarnos que el intelecto al final habrá de ser absorbido por la Naturaleza Espiritual. No es que el intelecto será destruido en sí, sino que perderá sus limitaciones y se
volverá una Inteligencia Iluminada. El lector
debería notar aquí la inmensa diferencia que hay entre las palabras "inteligencia" e
"intelecto". El Intelecto no es más que un pequeño y angosto segmento de la Inteligencia. Existen muchas formas de inteligencia que no son
intelectuales, aunque el mundo moderno haya olvidado este hecho por un tiempo.
El Evangelio de Lucas representa la naturaleza emocional. Generalmente se le llama el "Evangelio
Humano" por razón de su benévolo entendimiento y tolerancia de la naturaleza humana, y por razón de su actitud liberal hacia los gentiles y las mujeres, actitud que no era característica de
la mayoría de los escritores antiguos. Se le simboliza, no obstante, por la cara de un hombre, que sabemos es el símbolo del intelecto; y la idea profunda detrás de este
hecho es, a saber, que el estudiante que holla el sendero tiene primero que aprender a que su naturaleza emocional esté sujeta a su intelecto.
Tiene que hacer que lo que él sabe controle lo que él siente. Después de esto, vendrá la espiritualización de ambos elementos.
El Evangelio de Juan representa la naturaleza espiritual y es el más
alto de los Evangelios, así como también el más profundo. No es simbolizado por el león como se pudiera esperar, sino por el águila. Como hemos visto, el águila es la naturaleza
emocional redimida y purificada, y cuando esta transmutación se ha dado, ésta también
es absorbida dentro de la naturaleza espiritual.
Es necesario hacer hincapié en el hecho de que, en algunas
instancias, los símbolos para Mateo y Lucas han sido erróneamente intercambiados. Esto fue hecho en algún momento por gente que no
entendía el significado detrás de dichos símbolos, y es lo más probable que originalmente fue un error de copista.
La reflexión más leve mostrará que el buey no le queda a Lucas, así como tampoco la cara humana -el símbolo de toda la humanidad- pertenece a la panorámica restringida
de Mateo.
Para resumir, entonces, tenemos que tomamos a nosotros mismos tal cual nos encontramos aquí y
ahora, sin los innecesarios remordimientos o auto-condenación. Tenemos que alcanzar la maestría del cuerpo en
particular, así como del plano físico en general Tenemos que subordinar la naturaleza emocional al intelecto, a fin de que tanto emociones
como intelecto puedan ser trasformados en lo espiritual. A la percepción humana estos procesos
se dan al mismo tiempo, y cuando se completan, el plano terrenal desaparece de la
conciencia y el Espíritu lo es todo. Esto es lo que se le llama "traslación", "desmaterialización", o la "demostración
de la ascensión".
Verán que la historia es narrada de una manera muy sutil empero clara por los
símbolos de los Evangelios.
Tomado del Libro " Alfa y Omega " de Emmet Fox