En los días de la fiebre del oro, los exploradores se
iban a las montañas en búsqueda del metal amarillo. A menudo la tarea se hacía
larga y penosa con poco que mostrar después de días de lucha y privación. Pero
cuando se encontraba una veta, el explorador demarcaba su reclamación de manera
que los otros supieran que ese descubrimiento en particular le pertenecía. Por supuesto,
algunas reclamaciones resultaban ser vetas superficiales de metal y de poco
valor, mientras que otras reclamaciones eventualmente hacían inmensamente ricos
a sus propietarios.
En
metafísica, a menudo hablamos de reclamar nuestro bien, y es una de las maneras
más seguras de traer el bien que deseamos a nuestras vidas. Sin embargo, a diferencia
de los exploradores, cuando reclamamos lo nuestro ante Dios, no necesitamos
experimentar ansiedad alguna en cuanto a los resultados concierne
Si
quieres salud, entonces tienes que afirmar a diario que Dios es tu salud, que
como hijo de Dios tienes una salud perfecta (a pesar de lo que, al contrario,
puedan parecer las apariencias temporales actuales), que la Vida Divina trae el
bienestar a todas y cada una de las partes de tu cuerpo.
Si
quieres prosperidad, entonces tienes que sostener a diario que Dios es tu
prosperidad y el dador de todos los dones, que Dios te conoce y que está presto
a suplir todas tus necesidades.
Si
quieres paz y armonía, entonces afirma a diario que Dios te trae la paz que
sobrepasa todo entendimiento, que todas las cosas trabajan en conjunto para
bien dé aquéllos que aman al Señor.
Para
traer a nuestra vida lo que quieras, tienes que reclamar lo tuyo.
Claro
que a menudo reclamamos cosas negativas sin caer plenamente en la cuenta de
ello. Cada vez que hablamos de "mi resfriado", "mi jaqueca"
o "mi indigestión", estamos reclamando esas cosas. No ha de
sorprender que tanta gente
demuestre tales cosas,
porque lo que se reclama para sí, eventualmente
se traerá a la propia vida.
Afirma tu parentesco Divino. Todo lo
que el Padre tiene
en cuanto a salud, felicidad y abundancia nos pertenece, si le reclamamos lo nuestro a Dios.
Tomado del Libro " Reclama Lo Tuyo " .-Emmet Fox
Tomado del Libro " Reclama Lo Tuyo " .-Emmet Fox