Jesús -como veremos
más adelante- se esmeró en desincentivar
el que se hiciera énfasis en las observancias
externas; y, sin duda,
sobre toda regla rígida y ordenanza de
la clase que fuera. En lo que sí insistió fue en cierto espíritu en la propia
conducta, y se cuidó mucho de enseñar principios únicamente, sabiendo que cuando el
espíritu es el correcto, los detalles se
desenvolverán por cuenta propia; y que, de hecho, « La letra mata, más el espíritu vivifica », como era obviamente el caso de los fariseos.
Sin embargo, a pesar de esto, la
historia del cristianismo ortodoxo está compuesta en su mayoría de esfuerzos encaminados
a hacer que la gente cumpla con toda índole de rituales externos. Al querer
ilustrar esto, salta a la vista el esfuerzo puritano de forzar a cristianos a
cumplir con el sábado(Sabbath) del Viejo Testamento, por
más que la ley del sábado fuera una ordenanza meramente hebrea, y que las feroces
penas contempladas para los infractores se aplicaban exclusivamente a la
profanación del sábado; y a pesar del hecho de que Jesús en lo particular
desincentivó la observancia supersticiosa del
sábado, diciendo que el sábado había sido hecho para el hombre y no el hombre para el
sábado, y comprometiendo sus mejores esfuerzos en hacer lo que le diera la gana
hacer en dicho día. Claramente indica Jesús a través de toda su enseñanza que
ha llegado el momento en que el hombre debe hacer
de todos los días un sábado espiritual, pensando y desenvolviéndose de una manera
espiritual.
Es obvio, pues, que aún si el sábado de los hebreos
fuera obligatorio para los cristianos, entonces en vista de que no guardan su observancia
sino la del domingo, estarían incurriendo en las mismas consecuencias de quebrantado.
Sin embargo, muchos cristianos modernos caen en la
cuenta de que en la Biblia no hay ningún sistema de teología -a menos que
quieran ponerlo allí deliberadamente-, y para todo efecto práctico han
renunciado a la teología por completo; pero todavía se aferran al Cristianismo
porque sienten intuitivamente es la Verdad. En realidad, su actitud carece de justificación lógica ya que no cuentan con la Llave Espiritual que, de por sí, hace
inteligible las enseñanzas de Jesús, por lo que se esfuerzan por racionalizar
su actitud de diversas maneras. Éste es el dilema del hombre que no puede
apoyarse ni sobre la fe ciega de la ortodoxia ni sobre la interpretación espiritual del
Cristianismo Científico. No puede contar ni con una pata sobre la cual apoyarse
que no pertenezca al unitario pasado de moda.
Si bien no rechaza del todo los milagros, no se siente cómodo con ellos. Estos le abochornan, llegando a desear que no aparecieran del todo en la Biblia, y mucho se alegraría si se pudiera deshacer de ellos.
Si bien no rechaza del todo los milagros, no se siente cómodo con ellos. Estos le abochornan, llegando a desear que no aparecieran del todo en la Biblia, y mucho se alegraría si se pudiera deshacer de ellos.
Tomado del Libro " El Sermón del Monte " de Emmet Fox