Cuando el hombre corriente pasa a través del cambio llamado
"muerte", como he dicho, usualmente se toma un cierto
tiempo para visitar a sus seres queridos y amigos.
Después, se le llama dulcemente (siendo, a menudo, grupos de tales individuos llamados juntos) para que entre al Salón del Juicio
y comparezca ante el Tribunal Kármico. Algunas veces este
grupo incluye a cientos de miles de individuos. Cuanto más alta esté el alma y
más desarrollada la conciencia, tanto mayor atención individual será recibida por la corriente de vida. En
el caso de los menos desarrollados, cientos y miles recorren juntos los Salones
del Karma. Este misericordioso Tribunal asigna
a estas corrientes de vida una cierta cantidad de expiación de sus propias energías
calificadas destructivamente en el ámbito astral, y también les asigna a cierto
entrenamiento en salones de clase para
los cuales están preparados, donde
se les
enseña tanto de la Ley como puedan entender
en ese momento. Este período de aplicación real para expiar sus pecados toma lugar cada veinticuatro horas. Ellos deben contemplar
y disolver las formas discordantes de pensamiento y sentimiento,
algunas
de las cuales fueron creadas por ellos mismos hace muchos, pero
muchos cientos de años.
Esto se hace
mediante el uso del Fuego Violeta, así como también mediante tanto
conocimiento de la Ley como puedan comprender y aplicar.
Nota: Desde la Dispensación concedida al Amado Arcángel Miguel por el Gran Tribunal Kármico, el
chela puede ahora finalizar su curso en los Templos de la Ascensión y no reencarnar, a menos que así lo deseé.
Tomado del Libro " Luz desde Luxor "