¡MENDIGO, CAMBIA ESE BILLETE!

Dentro de ti hay una fuente inagotable de poder, y ojalá
pudieras entrar en contacto con ella. Ese poder puede
sanarte, y puede inspirarte y decirte que hacer y cómo
hacerlo. Puede sacarte de la tierra de Egipto y llevarte
a la Tierra Prometida que mana de leche y miel. Puede
darte paz mental y, por encima de todo, puede darte un
conocimiento directo de Dios.
Ese poder es la Oración Científica.
No hay problema que la oración no pueda superar,y no
hay cosa buena que no pueda traer a tu vida.
Este es el mensaje de la Biblia en su totalidad. Fue re
sumido por Jesús cuando dijo que «el Reino de Dios es
tá entre vosotros.»' El hombre se toma su tiempo para
caer en la cuenta de esto, y desperdicia la vida persi
guiendo cosas externas y perdiéndose de la única cosa
que realmente importa. Se asemeja a un granjero em
pobrecido que tiene a sus pies una mina de oro, pero no
lo sabe. Frenéticamente escribe y telefonea a los ban
cos pidiendo crédito. Le implora a familiares y presta
mistas que le ayuden — y todo este tiempo la mina de
oro yace bajo sus campos, intacta e insospechada.
Esta verdad fue ilustrada dramáticamente por un inci
dente que ocurrió en la vida real hace algunos años. Se
encontró el cadáver de un mendigo, vestido de harapos,
cerca de un horno de cal, a donde evidentemente se ha
bía arrastrado buscando calor. Tras la autopsia, se ras
garon sus ropas para incinerarlas y, cosido en el forro
de los pantalones, se encontró un billete de alta deno
minación. Sin duda, el propietario original del vestido
lo había cosido allí por una cuestión de seguridad, y por
alguna razón desconocida lo olvidó.
¡Considera la situación! Este pobre mendigo se había
sentado muchas veces a ingerir una ración de café tibio
y pan rancio — y probablemente estaba contento de ha
berlo conseguido--, y todo el tiempo estaba sentando
sobre mil dólares ¡ sin saberlo! De haber caído en la
cuenta de la riqueza que tenia, hubiera dormido bajo te
cho esa noche fatal en vez, de a la intemperie — y así
hubiera salvado la vida. Quizás hubiera vuelto a empe
zar con ese capital, y le hubiera ido bien.
La mayoría de las personas son como ese vagabun­do
de una manera u otra, porque casi todos experimentan
algún tipo de carencia en sus vidas. Podrán tener dine
ro en abundancia y, no obstante, ser mendigos en cuan
to a salud, o felicidad, o experiencia espiritual.
El dinero no se convierte en riqueza hasta que sea rea
lizado. Un talento esta muerto en tanto que no se le ex
plote. Cambia tu billete en el Banco del Cielo, y hazlo
productivo en tu vida.

«He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora
el día, de salvación.» 2 Corintios 6:2

Tomado del Libro "Dale Valor a Tu Vida" de Emmet
Fox.