Un
viejo adagio dice: «Dios tiene un plan para todo hombre, y tiene
uno para ti».
Esto es totalmente correcto.
Tu verdadero problema, por
lo tanto -es
más, tu ÚNICO problema-,
es encontrar tu verdadero lugar en la vida. Logra eso y todo lo demás te
vendrá casi automáticamente. Serás plenamente
feliz, y con la felicidad
vendrá la salud. Serás realmente
próspero. Tendrás todos los recursos que requieras para hacerle frente a
tus necesidades, lo cual significa
que
alcanzarás
la liberación
perfecta -ya que la pobreza y
la liberación no pueden ocurrir al mismo tiempo.
A menos que encuentres tu
verdadero lugar en la vida nunca serás realmente
feliz,
sin que importe
cuánto dinero o distinciones obtengas; hasta que
seas feliz no
serás ni saludable ni libre.
Quienquiera que seas, Dios no te ha hecho sin un propósito preciso. El Universo es un universo; esto es, una
armonía unificada, un Plan Divino. Por
lo tanto, no puede haber pieza
alguna que
esté mal
adaptada, que no sea deseada, o que
sea innecesaria. No
podría suceder que Dios creara una entidad espiritual -como lo eres tú- sin
tener un propósito
determinado, y esto significa
que para ti hay un puesto especial y particular en
dicho plan. Dios nunca
se repite a
Sí mismo, por lo que
nunca
ha hecho dos personas iguales; y es por
eso que no hay dos personas destinadas a hacer exactamente el mismo
trabajo, o a expresarse en exactamente la misma forma. Ésa es la razón por la que cuando se comprende
cabalmente lo
dicho,
desaparece
la necesidad de las competencias. No
es necesario, por ejemplo, que se
encuentren dos
mil personas
luchando por conseguir
el mismo puesto en la
vida.
Sea cual fuere dicha posición, sólo
hay
una persona que puede ocuparla cabalmente; y quedarán
mil novecientos noventa y nueve puestos en
algún sitio esperando a que
el resto de la
gente
los encuentre.
Tomado del Libro " Puntos y Aspectos de Dios " de Emmet Fox