Queridos
corazones, el Tribunal Kármico no está compuesta de Seres que están esperando
para repartir castigo. Su único servicio en este Universo es encontrar modos y
maneras mediante los cuales a cada alma pueda dársele la más grande oportunidad (en
cuerpo terrestre y entre encarnaciones) para balancear su deuda para con la
vida, al aprender a controlar la energía y prepararse para completar su
evolución. El tremendo miedo y terror que el mundo ortodoxo ha inculcado en la
humanidad con respecto al "Día del Juicio" es, sin duda, desafortunado.
Ello está fundado, primordialmente, en el hecho de que tan pocos individuos
viven de acuerdo a su Luz, y que ellos, de por sí, son sus propios jueces. Eso
que asocia "El Juicio Cósmico" con malestar no es otra cosa que la
experiencia que uno tiene al ver lo que podría haber sido hecho; es ese sentido
de remordimiento individual, el sentimiento que se experimenta cuando se ve lo que
podría haberse hecho mientras se tenía la oportunidad y los medios, y mientras
se estaba en la proximidad de ciertos individuos de mérito.
El Tribunal Kármico, en todo momento, actúa para bien
del individuo, de la unidad y de la evolución entera. El chela que comparece
ante el Tribunal Kármico en la mayor libertad del cuerpo interno en seguida
contempla las promesas que hizo antes de nacer; contempla su Cuerpo Causal,
como también lo hacen su Padrino y el Tribunal Kármico. Ve la talla, el color y el desarrollo del Cuerpo Causal al momento del nacimiento y después
(superpuesto sobre aquello) ve la cosecha -en el Cuerpo Causal- del bien hecho
en la vida acabada de vivir. Algunas veces el Cuerpo Causal se
expande muy poco en talla y color en una vida terrestre. Ése es el juicio que
el Tribunal Kármico y el chela individual consciente hacen en conjunto, para
ver qué provisión ha sido atesorada en el Cielo por el trabajo consciente de
acuerdo a la vida, talento, capacidad y promesas del individuo. No hay dos
individuos que puedan ser juzgados igualmente, ya que los talentos, la conciencia,
el desarrollo y las oportunidades de cada corriente de vida difieren. Pero cada
uno es juzgado de acuerdo a su máxima Luz, y de acuerdo a si ha vivido o no de
acuerdo a esa Luz en el curso de su vida terrestre.
Tomado del Libro " Luz desde Luxor "