Se dice que las criaturas vivientes siempre siguen a su
alimento, y no hay duda de que esto es así.
La vida animal es escasa, sino completamente ausente,
en regiones en que el alimento es generalmente difícil
de conseguir. Por otra parte, todas las formas de vida
imaginables pululan allí donde la comida es abundante.
Las amas de casa descuidadas atraen ratas, ratones y
otras formas inferiores de vida al dejar que se acumu
len sobras de comida en las despensas, y por una falta
de pulcritud en general.
Los eventos y las experiencias también son cosas vi
vientes, e igualmente buscan su comida y la siguen.
El alimento de los eventos es el pensamiento. Tus pen
samientos habituales alimentan tus condiciones y las
hacen aumentar y multiplicarse.
Los pensamientos de temor, los pensamientos som
bríos y de crítica, los pensamientos egoístas constitu
yen el alimento de la tristeza, la enfermedad y el fraca
so. Cuando ofreces en abundancia esta clase de alimen
to, estas cosas llegan a tu vida —ya que vienen en pos
de su comida.
Los pensamientos de Dios, los pensamientos de ama
bilidad, optimismo y buena voluntad, constituyen el
alimento de la salud, el júbilo y el éxito; y si ofreces en
abundancia esta clase de alimento, atraerás en vez es
te tipo de cosas.
Cuando quieres sacar de tu vida alguna condición, haz
la pasar hambre rehusando darle el alimento que la ha
ce florecer, y te sorprenderá lo rápido que saldrá de tu
vida. Se marchará a toda prisa, rumbo a alguna parte
donde su alimento esté disponible.
«Yo Soy el pan de vida.» Juan 6:35
Tomado de Libro "Dale Valor a Tu Vida" de Emmet Fox