Para despertar hay que estar dispuesto a
escucharlo todo, más allá de los cartelitos de "buenos" y
"malos", con receptividad, que no quiere decir credulidad. Hay
que cuestionarlo todo estando atento a descubrir las verdades que puedan encerrar,
reparándolas de lo que no lo son. Si nos identificamos con las teorías sin
cuestionarlas con la razón - y sobre todo con la vida -, y nos las tragamos almacenándolas
en la mente, es que seguimos dormidos. No has sabido asimilar esas verdades
para hacer tus propios criterios. Hay que ver las verdades, analizarlas y
ponerlas a prueba una vez cuestionadas.
«Haced lo que os digo» -dice Jesús. Pero no podremos
hacerlo si antes no nos transformamos en el hombre nuevo, despierto, libre, que
ya puede amar. «Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres -dice Pablo-, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve» Este modo de ver de Pablo se consigue viendo, y nace, ese modo de ser, de estar despierto, disponible y
sin engaños.
Tomado del Libro " El Apego y el Sendero de La Iluminación" de Tony DeMello