A través de siglos de visión descendiente, en el
hombre corriente sólo hay el sentido humano de la conciencia en la cual él habita, tal como
la puede tener un prisionero detrás de barrotes cerrados. Una vez que el Fuego Espiritual empieza a despertar a la Divina
Presencia, y una vez que el Ser Crístico empieza a reclamar su morada (v.g. el cuerpo inferior de la corriente de vida
que
evoluciona),
sobreviene un período en el que el individuo
encuentra que ya no es solamente una
criatura de los sentidos, y que hay algo más
grande y más alto que la prisión humana en la cual había morado alegremente
.... ¡por tánto tiempo! Después, se da lugar a un período de
confusión e infelicidad donde las dos conciencias distintas ganan la atención y la lealtad
de la corriente de vida en momentos alternos. Este es un período de gran
crecimiento del alma, el cual es designado como el Armaggedon en el texto bíblico.
El Cuarto Rayo, el cual es Mi privilegio
representar, expresa el Puente desde la conciencia humana a la Divina, o
el Conocimiento Espiritual de la Supremacía de la Presencia de Dios en el hombre. Este es un paso tan tangible como lo sería
pasar desde una habitación que estuviera ubicada allende el foso hasta el
interior del castillo.
Tomado del Libro " Luz Desde Luxor "