En eras anteriores, habían sólo unos pocos Candidatos
para la Ascensión que pasaban a través de las puertas del nacimiento en el
curso de un año, porque no había conocimiento consciente del Fuego Sagrado sobre el Planeta Tierra fuera de los Retiros. Las corrientes
de vida cuya acción vibratoria y naturaleza
espiritual estaban desarrolladas a un punto en que se les daba entrada a un Retiro eran muy pocas y espaciadas entre
sí.
Por ejemplo, queridos
corazones, si ustedes hubieran solicitado
la oportunidad de convertirse en Candidatos para la Ascensión y tuvieran que
satisfacer los requisitos mínimos (los cuales harían de sus espíritus, almas y cuerpos
externos representantes adecuados
para entran conscientemente a un Retiro, todo esto antes que Saint Germain trajera el conocimiento del Fuego Sagrado), no
habría realmente ninguno
entre ustedes que fuera a convertirse en Maestro Ascendido en el
curso de una vida terrestre.
Tendrían que estar en capacidad
consciente
de entrar a Luxor, en capacidad consciente de entrar a
otros Retiros de Maestros Ascendidos
en el planeta y recibir sus secretos
- el
conocimiento sagrado de
los Fuegos de
la Trasmutación. Cuando la Ley Cósmica
le dió permiso al Maestro Saint Germain para traer el conocimiento del Fuego Sagrado de la Purificación (la Llama Violeta) a la
humanidad de la Tierra en general, en ese entonces la calificación de Candidatos para
la Ascensión era considerablemente más baja, porque
ninguna corriente de vida podía -ya sea por medio de la
proximidad a la literatura o a las lecturas- aprender el uso del Fuego
Violeta.
De ese
modo, aunque los hombres
no estuvieran enteramente calificados para entrar conscientemente
a un Retiro, sí podían aprender cómo purificar y
redimir su energía. Sin este Fuego de la Transmutación -esta tremenda actividad del Rayo Violeta como es presentada por su Maestro Saint Germain - no hay sobre la
Tierra hoy ninguna corriente de vida sometida
todavía a ataduras karmicas que pudiera completar su curso de
evolución y
ascender a' Ámbito
Libre-en Dios.
Tomado del libro " Luz Desde Luxor "