Acaso
no es un
pensamiento maravilloso el
que tú -quizás una persona
común
y corriente, desconocida y poco
distinguida- puedas sentarte calladamente
en tu habitación
y hacer más para salvar el mundo de
los inconcebibles
horrores
de otra guerra que lo
que pueden
hacer todos los
hombres
de estado y diplomáticos juntos?.
Mucha gente habla
hoy como si otra guerra
fuera
inevitable. Otros, por el contrario, declaran con optimismo que tal cosa es
imposible. El hecho real es
que otra guerra no es ni inevitable
ni imposible. Puede haber otra guerra
(y de
haberla, la
destrucción y los horrores implicados eclipsarán todo lo que al
presente se haya podido soñar, debido al avance extraordinario de
la ciencia natural y la
ingeniería en
las últimas
dos décadas), y es casi seguro que un evento de ese tipo acarree el final de la
civilización occidental como la conocemos.
Por otra parte, no
hay la más mínima necesidad de que haya otra guerra. Podría pasar
pero no es necesario. Tenemos a mano un medio mediante el cual
un grupo comparativamente pequeño de personas
-si así lo desean- pueden
evitar que se
desate una guerra. En este ensayo pretendo mostrar exactamente cómo esto puede ser hecho.
Tomado del Libro " Puntos y Aspectos de DIOS "