La oración es lo único que puede producir un cambio en
tu vida. Poco importa
cuál pueda ser tu religión,
o siquiera
si profesas alguna. Si te diriges directamente a Dios
mediante una sencilla oración afirmativa, puedes
sanar tu
cuerpo, traer paz y armonía a tu vida, aumentar tus contactos sociales, y hacer de la prosperidad una realidad.
Claro que todos los que ya están en la Enseñanza de la Verdad saben esto, pero
a veces surge el desánimo porque
las demostraciones no se dan inmediatamente.
Ahora
bien, si tuviéramos que establecer alguna regla con
respecto a la oración, ésta debería
ser que tenemos que ser persistentes. Claro que siempre deberíamos sentir que la oración que estamos elevando es la que producirá
una demostración, pero también deberíamos estar dispuestos a orar de nuevo si la demostración no se presenta.
La
persistencia en la oración es,
en realidad, meramente
una expresión de nuestra fe permanente en el amor y bondad de Dios, ya que mediante
nuestra persistencia afirmamos nuestra creencia de que Dios sí responde a la oración.
La persistencia
en la oración siempre trae resultados.
«Los hombres deberían orar siempre, y no desmayar.» Jesucristo.
Tomado del Libro " Reclama Lo Tuyo " .-Emmet Fox
Tomado del Libro " Reclama Lo Tuyo " .-Emmet Fox