Letra de la canción a Lady Meta

Lady Meta,es tu amor

un ejemplo para mi.

Quiero ser Tu Sanación

Para la Gloria de Dios


En el Nombre del " YO SOY "

Traes la Iluminación;

enseñando por doquier

la causa de la aflicción.


Mira nuestra humanidad

Anhelante de dar fin

A lo que impide ser

Nuestro Plan Divino Aquí.


Lady Meta ,escúchanos ,

Hoy venimos a servir

Ofrecemos a Tu Ser

nuestro momentum de Luz


Ven descarga el poder

Sanador del " YO SOY "


Lady Meta gracias por

traer de Venus aquí ;

Tu conciencia de humildad,

de Servicio y de Paz


Invocamos desde las

Ciudades Etéricas

Los Rayos que disuelven

la causa de enfermedad


Decretamos junto a Ti:

" YO SOY " LUZ y SANACIÓN

en la Tierra por siempre " YO SOY "









domingo, 9 de junio de 2013

LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS - EL CABALLO NEGRO

Cuando llegamos al Caballo Negro, encontramos que dice:

«Y he aquí un caballo negro, y el que le montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario»
Un par de balanzas, es decir, una báscula como la que usa un tendero o un farmaceuta, es aquí un símbolo de carestía o escasez. Esto quiere decir que no hay suficiente para todos y, por lo tanto, que las cosas tienen que ser racionadas. El Caballo Negro representa el intelecto, y si tu cabalgas sobre el Caballo Negro obtendrás la carestía o inanición del alma. Muy poca gente cabalga sobre el Caballo Negro en comparación con los que cabalgan sobre el Rojo, pero algunos lo hacen, y el mundo civilizado en conjunto lo ha estado cabalgando por varios siglos.
Cabalgar sobre el Caballo Negro no quiere decir "tener un buen intelecto". Esto último no es del todo malo.
De hecho, mucha gente -particularmente en el mundo religioso- estarían mucho mejor si tuvieran un poco más intelecto del que tienen. Cabalgar sobre el Caballo Negro es dejar que tu intelecto te domine en perjuicio (o con la exclusión) de la naturaleza emocional, y especialmente de la espiritual. Es algo muy bueno tener un intelecto bien entrenado y pulido por el uso, pero es un verdadero infortunio dejar que él mande. Hay gente que dice que el universo puede ser entendido intelectualmente, que todo acerca de Dios se puede poner en términos de simple castellano y explicado con precisión a punta de palabras. Esto es absurdo porque esto, en realidad, es un intento de definir lo Infinito, y -como dice Spinoza- definir a Dios es negarlo. Otra gente dogmatiza y dice que lo único que existe es la materia, y que la mente es una secrecn de la materia; y que, por lo tanto, la mente no puede dominar la materia, y que el hombre no puede sobrevivir a la muertporque no puede llevarse su cuerpo consigo. Esta gente dice que el cerebro piensa, y que cuando el cerebro se pudre en la tumba, el pensador no puede estar vivo. Hay otra gente que resentiría que se le denominase materialista, si bien dice que no puede creer en la oración porque las leyes de la naturaleza son deterministas y que, por ende, la oración no tiene posibilidad alguna de cambiar nada.
Toda esta gente está cabalgando sobre el Caballo Negro, y sufre de hambre y carestía porque esas creencias erradas la privan de todo entendimiento y crecimiento espiritual.
El intelecto es algo excelente, e indudablemente no podríamos vivir en este plano sin él. Pero el intelecto solo puede habérselas con cosas tridimensionales. Se descompone si se le lleva más allá de esto. Necesitamos el intelecto para comprar y vender, para construir edificios y carreteras, para hacer nuestro trabajo diario, etc. Pero a medida que nos acercamos a Dios, abandonamos el territorio del intelecto y vamos allende el mismo dentro de la región de lo espiritual, donde los valores son la perfección, y la dimensión es el infinito. La verdad acerca de Dios debe ir allende el intelecto y se requiere de la naturaleza espiritual para entenderla. El instrumento del intelecto es la razón, y si bien es verdad que todo aquello que contradiga la razón no puede ser Verdad, las verdades religiosas tienen que ir allende el pensamiento racional sin, por supuesto, contradecirlo.
El intelecto no puede darte la verdad sobre Dios, y suponer que lo puede hacer es como tratar de usar un termómetro para pesar un paquete, o tratar de usar una báscula para medir la temperatura de la habitación. Cuando haces eso, estás confundiendo tus instrumentos.
Si tratas de vivir sin el conocimiento de Dios, sin la oración o contacto espiritual, será inevitable que tarde o temprano te encuentres en una condición de desilusión y desazón, ya que tal es el destino del jinete del Caballo Negro.
En el Siglo XIX, muchos hombres de ciencia no creían en nada que no pudiera ser aislado en un tubo de ensayo o examinado bajo el microscopio. Estos científicos materialistas cabalgaron sobre el Caballo Negro; pero actualmente algunos de los más eminentes científicos están comenzando a reconocer la existencia de cosas espirituales.
La civilización occidental definitivamente ha estado cabalgando sobre el Caballo Negro desde la conclusión de la Edad Media. El Renacimiento redescubrió el intelecto -lo cual fue un logro espléndido-, pero la civilización occidental no mantuvo al intelecto en su lugar. Se le permitió que asumiera la posición de mando. Desde entonces la forma de nuestra educación ha sido predominantemente intelectual, en detrimento de otras cosas. Este ha sido especialmente el caso desde que la Era Moderna comenzó con la invención de una máquina de vapor comercialmente práctica a mitades del siglo XVIII.
La Segunda Guerra Mundial (que en realidad no fue sino una continuación de la Primera) se debió directamente a esta política. La humanidad ha desarrollado un conocimiento intelectual y científico superior con creces al entendimiento moral y espiritual de la raza. Este desarrollo le ha dado al hombre el poder de, por ejemplo, fabricar poderosos explosivos, construir submarinos y aviones, etc.; pero debido a que su desarrollo espiritual se ha quedado tan rezagado detrás de sus logros intelectuales, el hombre usa estas cosas para destrucción y tiranía. De haberse mantenido parejo el entendimiento de la verdadera religión con los descubrimientos científicos, tal conocimiento sería utilizado en pos de la iluminación y la felicidad de la humanidad en vez de ser usada para su destrucción. Todo esto constituye cabalgar sobre el Caballo Negro.
El jinete del Caballo Negro es como un piloto que se pasa el día entero carreteando por la pista, sin despegar jamás. Ahora bien, no se construyó el avión para carretear por la pista. Hasta el automóvil más viejo y barato se mueve mejor sobre la tierra que el mejor de los aviones. El avión no está construido para la tierra sino para volar por el cielo, y hasta que no despegue se encontrará fuera de su elemento


Tomado del Libro " Alfa y Omega " de Emmet Fox