A continuación, revisemos el Caballo Rojo:
«Y salió otro caballo bermejo. Y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y
que se
matasen unos a otros; y se
le dio una gran espada».
¿Qué es el Caballo Rojo? Es su
naturaleza emocional ,sus sentimientos. Su mente humana, como la conocen actualmente, consiste de dos partes - intelecto y
sentimiento- y nada más. Todo pensamiento que puedan pensar está compuesto de dos partes: un contenido de conocimiento y un contenido de sentimiento; de manera que siempre obtienen estas dos cosas, conocimiento y sentimiento. El conocimiento pertenece al intelecto, y, por supuesto, el sentimiento pertenece a la naturaleza emocional. En algunos pensamientos el contenido de conocimiento es mucho mayor
que el contenido emocional, y en otros pensamientos la proporción es a la inversa.
En el caso extremo de las matemáticas, el contenido emocional está casi ausente del todo. Nadie se pone muy emocional que digamos por causa del conocimiento de que cualquiera dos lados de un
triángulo son, juntos, mayores que el tercer lado, o que cuando dos líneas rectas se cruzan, los ángulos verticalmente opuestos son iguales. Un pequeño contenido emocional sí
existe porque el conocimiento definitivo y certero siempre le proporciona algo de satisfacción a la mente, así como también hay una cierta belleza en estas verdades matemáticas.
Pero sigue siendo verdad que - para la mayoría de la gente - tendría una cantidad de sentimiento bastante
pequeña.
En el lado opuesto de la escala están
los pensamientos conectados con la religión y la política. Todos sabemos cuán llenos de sentimiento (por no decir prejuicios) están ambos tópicos. Son tan fuertes los sentimientos que, a estos respectos, tiene la gente que por lo general son declarados tabú en reuniones sociales. Y, no obstante, la cantidad de conocimiento real que la mayoría de la gente tiene sobre esos dos temas es sorprendentemente pequeña. Por ejemplo, si bien es poca la gente que ha realmente estudiado las doctrinas de la iglesia en particular a la que pertenecen, no obstante, tiene fuertes sentimientos sobre las mismas (iglesias) y es apta a resentir la crítica más leve que se le haga a dichas instituciones. Poca gente ha considerado cuidadosamente los principios políticos
que subyacen a sus propios partidos políticos, y tampoco se ha tomado el
trabajo de familiarizarse con mucha información sobre la materia, lo que no impide que sean agitados partidarios. Sobre estas y otras
cuestiones la gente tiene una masa de sentimiento apenas alumbrada por el intelecto.
El contenido intelectual de tales pensamientos es muy pequeño.
Es muy peligroso permitirle a sus
emociones asumir el control, permitirle al Caballo Rojo que se desboque con
ustedes encima, ya que les socavará la salud y les arruinará la vida en todos
sus aspectos. El Caballo Rojo es tan peligroso como el Caballo Pálido, pero, por supuesto, no es tan ruin por lo que desbarata más vidas. Un adulto es una persona que tiene
control de sus sentimientos. Una persona que no puede controlar sus
sentimientos sigue siendo todavía un niño, aunque tenga cien años de edad. Si tú no puedes controlar tus emociones, tus emociones te controlarán a ti y te destruirán.
Esto no quiere decir que las emociones o sentimientos son, de por sí, algo malo. Esto quiere decir que lo que es malo es
emoción descontrolada. Es más, tan malo es no tener casi emoción como tener demasiada. La gente que es emocionalmente débil por lo general no llega a nada. Son esas personas extremadamentes
solícitas que nunca son consideradas para nada o siquiera notadas. Nadie sabe (o a nadie le
importa) si tales personas están o no en el salón. Pareciera como si esta gente entrara accidentalmente a la vida como flotando a la deriva; como que es llevada
por la corriente a un negocio donde no llega a nada; navega a la deriva dentro de un matrimonio; y, finalmente, flota a la deriva al
interior de la tumba - todo aparentemente más o menos inadvertido.
Una fuerte naturaleza emocional es
como un gran automóvil poderoso. Si lo controlas es algo tremendo y te llevará doquiera que
quieras ir, ya sea a través de los terrenos más escabrosos o a la cima de una
montaña, porque está lleno de potencia. Pero si no lo controlas, si no entiendes cómo manejarlo, o si eres
estúpido y aceleras cuando deberías frenar, el automóvil se auto-destruye contigo adentro, por razón de que es tan poderoso.
Si te consigues un auto viejo y destartalado que apenas puede siquiera circular a baja velocidad, no
llegarás a ninguna parte pero tampoco causarás daño alguno. Aún si te vas de
frente contra una pared, este auto si acaso toserá y se detendrá sin mayores consecuencias.
Una naturaleza emocional fuerte
constituye una dote espléndida si tú eres quien manda, pero si es ella la que
te domina a ti, te encontrarás cabalgando sobre el Caballo Rojo; y si estás cabalgando
este caballo, mejores que desmontes tan pronto como te sea posible. Es que no hay
salvación para tal jinete.¿Cómo habrás de saber si estás cabalgando
sobre el Caballo Rojo? Bueno, si te acaloras por cosas sin importancia, si te
enfureces y te indignas por tonterías, particularmente cuando se trata de asuntos
que no te incumben; si te alteras por cosas que lees en los periódicos; si
estás tratando de correr la vida ajena y te alteras por eso, entonces estás
cabalgando sobre el Caballo Rojo - y es mejor que te bajes cuanto antes.
El momento en que aprendas a controlar tus sentimientos
será el momento en que comenzarás a hacer algo de tu vida.
Tomado del Libro " Alfa y Omega " de Emmet Fox