Ustedes
han visto el perfecto cronometraje de los acróbatas cuando se preparan para saltar
desde un trapecio a otro, y cómo la acción vibratoria de los trapecios es
incrementada rítmicamente por ambos miembros del equipo hasta que, en el momento
señalado, uno de los individuos se columpia desde su trapecio y es agarrado por
la contraparte en el aire. Esto requiere de un incremento fijo, en ritmo, en
vibración y una constante preparación consciente para la experiencia final.
Desde
el punto de vista Cósmico, saltan a la vista nuestros esfuerzos para elevar al
individuo hasta un punto en que Nosotros, desde Nuestro lado y en cierto
momento Cósmico, podamos conectar Nuestra conciencia con la suya y efectuar la
unión de lo humano con lo Divino.
Una
y otra vez, a través de siglos pasados, se ha elevado la acción vibratoria de los
cuerpos internos y, casi en el momento final, alguna experiencia externa o
interna a venido a cambiar la acción vibratoria de la conciencia ascendente,
causando que ésta se hundiera en el mismo instante en que el Chispazo Cósmico
iba a darse, chispazo que uniría a los dos en una Unión Cósmica permanente.
Si
con la Visión Interna pudieran ver la preparación detallada para la Ascensión,
entenderían cuán mecánicamente precisa (hasta su detalle más minucioso) ha de
ser esta actividad elevadora, ya que los cuatro cuerpos -por cuenta de la
aplicación y la expresión armoniosa- deben estar vibrando simultáneamente al
mismo alto nivel para que la Conciencia Cósmica, al asirlos súbitamente y
agarrar la alta vibración, logre la Conexión Maestra Ascendida.
Ustedes
saben cuán importante es el cronometraje en el transporte aeronáutico. Es así
que cuando todos los componentes están funcionando, cada uno estará en la
perfecta rata de energía para el completo éxito de su función. Igual ocurre con
los cuatro vehículos inferiores del hombre, entre los cuales debe haber un
perfecto cronometraje de la acción vibratoria para efectuar la
Unión Cósmica.
Tomado del El Libro " Luz desde Luxor "