Una
gran proporción de lo que
llamamos "problemas de
negocios" en realidad consiste en negociar con
otra gente. Todo el
arte
de la venta,
por supuesto, es negociación entre
vendedor
y comprador. Y
la venta exitosa quiere decir llevar dicha
negociación a un término satisfactorio para ambas partes.
Ya
sea que
estés buscando una
posición para ti o que estés empleando
a alguien que trabaja para ti,
el resultado
último dependerá de tu
negociación. Quieres
encontrar a la persona correcta que llene tu
vacante,
o deseas que se
te contrate para cierta posición que, piensas, se ajustaría
muy bien
a tus requisitos. En
cualquiera de los dos
casos, el resultado es una cuestión de negociación. A
menudo
surgen
disputas y malentendidos entre dos
empresas,
o entre una
empresa y un cliente y aquí, una vez más, las
relaciones
armoniosas en
el futuro -lo cual quiere decir más negocio-
dependerá de cómo
se llevan a cabo las negociaciones
actuales.
De hecho, se verá que
toda relación
en la
vida depende de
la habilidad de hacer ajustes
personales armoniosos,
lo cual es negociación. En cuestiones
tales como
disputas
familiares y personales,
así como en aquellas cosas consideradas
generalmente bajo la categoría
de negocios, se encontrará que
el mismo principio también se aplica
con una fuerza aún
mayor, si
es que esto
es posible.
Ahora, el secreto de
una negociación exitosa
puede ser sintetizado. Es
esto:
VE A DIOS EN
AMBOS LADOS DE LA MESA. Proclama que
Dios está trabajando a
través
de ustedes dos,
a través de ti mismo y de la persona con
la que estás tratando.
No trates de
salirte con
la tuya a punta de poder de voluntad, sino
afirma que la Voluntad de Dios se haga en ese
asunto en particular. Recuerda que tu manera de hacer las cosas puede no ser lo que más te convenga. Lo que hoy deseas puede que la semana entrante sea un engorro o hasta una desgracia. No
trates de ser más listo que la otra persona, de persuadirle contra
su voluntad o de tomarle siquiera la más mínima ventaja.
Sencillamente enuncia tu caso honestamente al
máximo de tus habilidades; haz
sólo lo que consideras que es correcto; y sabe que Dios está
viviendo y
trabajando en tu vida. Entonces, si no haces
esa venta,
harás una mejor en
su lugar. Si no haces el arreglo que querías hacer hoy, uno
mejor se presentará mañana.
Nunca te permitas estar presionado o tenso o ansioso
más de la cuenta. Dios jamás se apura, trabaja sin esfuerzo. Al tratar con el
prójimo, pon a Dios en ambos lados de la mesa y
el resultado será un verdadero
éxito para ambas partes.
Tomado del Libro " Puntos y Aspectos de Dios " de Emmet Fox "