Un paso tremendo en esta dirección es someterte a la
Dieta Mental de los Siete Días. El más importante de todos los factores en tu
vida es la dieta mental en la que vives. Es la comida que le das a tu mente lo
que determina la totalidad del carácter de tu vida. Son los pensamientos que te
permites pensar (v.g. los temas que le permites a tu mente que abrigue) lo que
hace de ti y de tu ambiente lo que son.-
Dicho de otra manera, tú escoges tu vida; esto es,
escoges todas las condiciones de tu vida cuando escoges los pensamientos sobre
los cuales le permites a tu mente que permanezca. El pensamiento es la
verdadera fuerza causal en la vida y no hay otra. No puedes tener una clase de
mente y otra clase de ambiente. Esto quiere decir que no puedes cambiar tu
ambiente y dejar, al mismo tiempo, tu mente sin cambio, como tampoco puedes -y
ésta es la llave suprema a la vida y la razón de este ensayo- cambiar tu mente
sin que también cambie tu ambiente. -Somos transformados por la renovación
de nuestro entendimiento.De manera que ahora verás que tu dieta mental es,
en realidad, lo más importante de toda tu vida.-
Tenemos que entrenarnos a nosotros mismos a escoger el
tema de nuestro pensar en un momento dado, y también escoger el tono emocional o lo que llamamos
el estado de ánimo que le colorea. Sí, claro que podemos escoger nuestros
estados de ánimo.
Indudablemente que si no pudiéramos hacerlo, no tendríamos ningún control real sobre nuestras vidas. Los estados de ánimo abrigados habitualmente producen la disposición característica de la persona en cuestión, y es la disposición de dicha persona lo que finalmente hace o deshace su felicidad. - A menos que te determines a cultivar una buena disposición, es mejor entonces que también pierdas toda esperanza de obtener de la vida algo que valga la pena, y es mejor decirte francamente que éste es el caso.
Indudablemente que si no pudiéramos hacerlo, no tendríamos ningún control real sobre nuestras vidas. Los estados de ánimo abrigados habitualmente producen la disposición característica de la persona en cuestión, y es la disposición de dicha persona lo que finalmente hace o deshace su felicidad. - A menos que te determines a cultivar una buena disposición, es mejor entonces que también pierdas toda esperanza de obtener de la vida algo que valga la pena, y es mejor decirte francamente que éste es el caso.
En pocas palabras, si quieres hacer que tu vida sea
feliz y que valga la pena - que es lo que Dios desea que hagas -, tienes que
comenzar inmediatamente a entrenarte a ti mismo en el hábito de selección de
pensamientos y control mental; - y la fundación del mismo puede ser vertida en un lapso
de pocos días. Y la forma de hacer eso es ésta:
Toma la resolución de dedicar una semana
exclusivamente a la tarea de construir un nuevo hábito de pensamiento, y durante esa
semana deja que todo lo demás en la vida no tenga importancia al lado de esto.
Si así lo haces, entonces dicha semana será la semana más significativa de toda
tu vida. Será literalmente el punto de giro para ti.
Ésta, entonces,
es tu receta: Durante siete días ni por un segundo te vas a permitir permanecer
en ninguna clase de pensamiento que sea negativo. Tienes que observarte por
toda una semana como si fuera un gato que acecha al ratón, y bajo ninguna
circunstancia permitirás que tu mente permanezca en ningún pensamiento que no
sea de la clase positiva, constructiva y optimista. Esta disciplina será tan fuerte que no la podrías
mantener conscientemente por mucho más que una semana, pero tampoco te estoy
pidiendo que lo hagas. Una semana será suficiente porque, para entonces, el
hábito del pensamiento positivo comenzará a establecerse. Algunos
extraordinarios cambios para mejor ya habrán comenzado a entrar en tu vida,
animándote considerablemente; y entonces el futuro se cuidará por sí solo.-
No comiences a la
ligera. Piensa al respecto por un día o dos antes de comenzar. Entonces,
comienza, y que la gracia de Dios sea contigo.- Una vez que hayas comenzado no
podrás parar por los próximos siete días. Esto es esencial. Toda la cuestión es
tener siete días de ininterrumpida disciplina mental a fin de hacer que la
mente definitivamente se enfile por una nueva dirección de una vez por todas.
Si tu partida es mala, o siquiera si lo haces bien durante dos o tres días
y entonces por alguna razón "te caes" de la dieta, lo que tienes que
hacer es dejar el plan por completo durante varios días, y entonces comenzar de
nuevo después de haber descansado. Debe evitarse a toda costa el estarse
subiendo y bajando -como quien dice.
Tienes que tener
bien claro que lo que este plan requiere es que no abrigues cosas negativas, que no te quedes en ellas. Observa esto
cuidadosamente. Lo que importa no son los pensamientos que te vienen sino
aquéllos que tú decides abrigar. - Por supuesto que muchos pensamientos
negativos vendrán a ti en el curso del día. Algunos de ellos sencillamente
parecerá que flotan a la deriva dentro de tu mente por cuenta propia, y estos
vienen a ti desde la mente de la raza. Otros pensamientos negativos te serán
dados por otras personas -ya sea en conversación o por su conducta- o, quizás,
recibirás noticias desagradables por teléfono o carta, y verás crímenes y
desastres en los periódicos, radio o televisión. Sin embargo, estas cosas no
importan en tanto que no te quedes en ellas. De hecho, son justamente estas
cosas las que proveen la disciplina que va a transformarte durante esta
trascendental semana. Cuando el pensamiento negativo se presenta lo que hay que
hacer es rechazarlo. Apartarse del periódico; expulsar el pensamiento de la
carta hiriente o el comentario estúpido, o lo que sea. Cuando el pensamiento
flote al interior de tu mente, inmediatamente sácalo y piensa en otra cosa. Lo
mejor de todo es pensar en Dios, como se explica en La Llave de Oro.-
Una advertencia
para cerrar: No le digas a nadie que estás en la dieta o que te propones entrar
en ella. Recuerda que tu alma debería ser el Lugar Secreto del Altísimo. Cuando
hayas pasado con éxito por los siete días, y hayas asegurado tu demostración,
deja que pase un lapso razonable de tiempo para establecer la nueva mentalidad
y, entonces cuéntale la historia a quienquiera que pienses se va a beneficiar
por ello.
Y, finalmente,
recuerda que nada dicho o hecho por otra persona puede posiblemente sacarte de
la dieta. Sólo tu reacción a la conducta de la otra persona puede hacer eso.
Tomado del Libro
" Mi amigo Emmet Fox "