Es mejor que digamos aquí algo en cuanto al
suicidio. La mayoría de las
personas que
toman sus
propias vidas están
tan preocupadas
o aterrorizadas en el
momento
que no son moralmente responsables
del
acto y, así,
no es realmente
suicidio sino más bien muerte
por desventura. Dichas personas se desenvuelven en
el otro lado como cualquier otro. En un genuino caso de suicidio,
sin embargo,
la cosa es muy
diferente.
La autodestrucción consciente
e intencional es un
crimen que la Naturaleza castiga
severamente. Es negarse a hacerle frente a los problemas de la
vida,
y esto obviamente
es imposible hacerla con éxito. Aquellos que
buscan
esta manera de
salir no se encuentran con sus amigos en el otro lado.
Andan
solitarios e infelices, y seguramente
se encontrarán en un confuso estado
mental que es a todas
luces subjetivo - una
especie de vago sueño
que a veces les hace pensar que deambulan a través de una niebla
densa. Por supuesto que a
estas personas
se les
puede ayudar en gran medida mediante la oración, tanto como a
todos los otros. Para las finales tendrán
que
volver a encarar de
nuevo
precisamente la
clase de
problema del que se escaparon,
habiendo desperdiciado tiempo
y sufrido
por gusto.
Tomado del Libro " Puntos y
aspectos de Dios " de Emmet Fox