En esta Bienaventuranza, Jesús nos dice que no nos
desanimemos por no poder superarlo todo de una vez o porque nos parezca lento nuestro
progreso. Si no progresamos es porque no estamos orando de la manera
correcta, y de nosotros depende que averigüemos la razón mediante el examen de nuestras vidas- y que oremos a lo más Alto pidiendo sabiduría y guía. En verdad deberíamos orar constantemente pidiendo
sabiduría y guía, así como la acción viviente del Espíritu Santo sobre
nosotros, que la calidad de nuestras oraciones -nuestra prosperidad- aumente
constantemente. Pero si nos estamos moviendo, si las cosas están mejorando (aunque puede que no muy rápido), no hay razón para
desanimarse. Sólo necesitamos trabajar constantemente, y en tanto que seamos
verdaderamente enérgicos y sinceros en nuestros esfuerzos,
en tanto que -como quien dice- estemos realmente "hambrientos y sedientos de Justicia", entonces,
para las finales, con toda seguridad seremos saciados. Es imposible que una
búsqueda sincera y enérgica por la Verdad y la Justicia, de perseverarse en ella, no sea coronada por el éxito.
Nadie se burla de Dios, así como Él
tampoco se burla de Sus hijos.
Tomado de Libro " El Sermón de Monte " de Emmet Fox