«Se
cuenta que había un gran maestro llamado Buso, que
era casado y tenía una hija, todos con fama de sabiduría y santidad. Un día se
acercó un hombre al maestro y le preguntó: "La iluminación, ¿es fácil o es
dificil?". Buso le contestó: "Es tan dificil como alcanzar la
luna". No conforme, el hombre se acercó a la mujer de Buso y le hizo la
misma pregunta, a la que ella le contestó: "Es muy fácil. Es tan fácil como beberse un vaso de agua".
Intrigado se quedó el hombre y, para salir de dudas, le hizo la misma pregunta
a la hija del maestro, quien le contestó: "¡Hombre!, si lo haces dificil
es dificil, pero si lo haces fácil. ... "».
Lo más dificil es la capacidad de uno ver
simplemente, con sinceridad, sin engañarte, porque el ver significa cambio,
nada a qué agarrarse, y estamos acostumbrados a buscarnos asideros o a
andar con muletas. En cuanto llegas a ver con claridad, tienes que volar. Y
volar es no tener nada en donde agarrarse. Necesitamos desmontar la tienda en
que nos refugiábamos y seguir adelante por el sendero sin apoyos.
El susto mayor es por la aniquilación de todo miedo,
puesto que los miedos han sido el manto en el que nos envolvíamos para no ver
ni ser vistos; es dejar las cosas atrás y enfrentarse a la felicidad, cuando no
quieres ser feliz a ese precio; es una felicidad que has de expresar tú y no
esperar a que te la den hecha. Aunque vas diciendo que buscas la felicidad, lo
cierto es que no quieres ser feliz. Prefieres volver al nido antes que volar
porque tienes miedo, y el miedo es algo conocido y la felicidad no.
En mi profesión de psicólogo advierto
esto cada día. Lo primero que tiene que entender el buen psicólogo es que el
que viene a él no busca la curación sino el alivio, la comodidad, pero no
quiere cambiar: eso es demasiado expuesto y comprometido. Es como aquel que
está metido en la porquería hasta la boca y lo
único quele preocupa es que no le hagan olas, no que lo saquen de allí. Lo malo es que la mayoría equipara
la felicidad con conseguir el objeto de su apego, y no quieren saber que la felicidad está precisamente en la ausencia de los
apegos y en que ninguna persona ni cosa tendrá
poder sobre ti.
Tomado del Libro " El Apego y El Sendero de La Iluminación " de Tony DeMello