«Bienaventurados los pobres en
espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos»
Aquí en el
principio tenemos que
tomar en cuenta un
punto de gran importancia
práctica
en el estudio de la Biblia; a saber, que
está escrita en un idioma particular propio, y que términos y expresiones (y hasta las mismas palabras a veces) son utilizados en la Biblia en un sentido
que difiere considerablemente del
que se les asigna
en el
uso diario
moderno. Esto no tiene
nada que ver con el
hecho (el cual
también
demanda nuestra alerta vigilancia) de que
muchas palabras de nuestro
idioma
han cambiado de
significado desde que
la Biblia.fue traducida.
La
Biblia es, en realidad, un
libro de texto de metafísica, un manual para
el crecimiento
del
alma,
y encara todas las cuestiones desde este
punto de vista.
Es imposible
hacer demasiado
énfasis sobre este
punto. Es por esta razón
que la
Biblia siempre
asume el punto de vista más
amplio en todos los temas. Ve
todas las cosas en
su relación con el
alma humana,
y usa muchos términos comunes en
un sentido mucho más amplio que el que les da el uso común. Por
ejemplo, la
palabra "pan"
en la Biblia no se refiere meramente
a alguna clase de
comida --que es la interpretación
más amplia que se le da a
dicho término en la literatura en general- sino a todas
las cosas
que el
hombre requiere, a todas las
cosas físicas (tales como vestimenta, casa, dinero, educación, compañía,
etc.): y por
encima de todo, denota cosas
espirituales como percepción espiritual, comprehensión espiritual y, preerninentemenre,
realización espiritual. «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy» « Yo Soy el pan de
vida. » . «A menos que
comáis de este pan ... ».
Otro ejemplo es la palabra
"prosperidad". En
el sentido bíblico, "prosperidad" y "prosperar" denotan mucho
más que la adquisición de posesiones materiales. Lo
que realmente entrañan estas
palabras es éxito
en la oración. Desde
el punto de vista del
alma, tener éxito en la
oración
es la única clase de prosperidad que vale la pena tener; y
si nuestras oraciones tienen éxito, naturalmente tendremos todas
las
cosas materiales que necesitamos. No
hay duda de que en este
plano se requiere cierta
cantidad de bienes materiales, pero
la riqueza material es, en
realidad, lo que menos importa en la vida; y la Biblia denota eso al darle su verdadero significado
a la palabra "prosperidad".
Ser «pobre en
espíritu» para nada quiere decir lo que hoy
llamamos "de espíritu pobre" (v.g. cobarde). Ser
« pobre en espíritu» quiere decir haberse vaciado
uno de todo deseo de ejercer la voluntad propia y, lo que es aún más
importante, haber renunciado a toda opinión
preconcebida en la búsqueda sincera de Dios. Significa estar dispuesto a
poner de lado tus actuales hábitos de pensamiento, tus actuales puntos de vista y prejuicios, tu actual estilo de vida si es necesario; de echar
por la borda todo aquello que pueda interponerse en tu camino de búsqueda de
Dios.
Tomado del Libro " El Sermón del Monte " de Emmet Fox