Igual ocurre con la pobreza. En la generalidad de los casos, es sólo cuando la
gente experimenta la punzada de la pobreza, esto es, cuando las fuentes
ordinarias de suministro material se han secado, que
se vuelve hacia Dios como último recurso, y aprenden así la lección de que el Poder Divino en
realidad es la Fuente del suministro del hombre, y que todos los agentes materiales no son más que
los canales para este suministro.
Esta lección tiene que ser aprendida y plenamente realizada
antes de que el hombre pueda pasar a una experiencia superior o más amplia que la
actual. En la casa del Padre hay muchas moradas, pero
la llave de las moradas superiores siempre se encuentra en la obtención del completo dominio sobre la morada en que nos encontramos.
Por lo tanto, es una bendición para nosotros el
que seamos apremiados a hacerle frente de manera correcta a la cuestión del
suministro. Si ahora que todavía es rica la gente próspera reconociera a Dios
como su verdadera Fuente y orara regularmente por aún más entendimiento
espiritual sobre este punto, nunca necesitaría sufrir de pobreza o problema
financiero alguno. Al mismo tiempo, ha de tener el cuidado de usar bien sus recursos actuales, evitando
caer en el acumulamiento desmesurado de riquezas, reconociendo a Dios como el
propietario de las mismas y que ella no es más que la administradora
o fideicomisaria de tales. El manejo del dinero contempla una responsabilidad que no
podemos evadir. Hemos de dispensarlo
sabiamente, o asumir las consecuencias.
Este principio general se aplica a cada una de
nuestras dificultades, no meramente los problemas físicos o
financieros, sino todos los otros males a que está sujeta la humanidad.
Problemas familiares, peleas y
alejamientos, pecados
y remordimientos, etc. no necesitarán presentarse nunca en
tanto que busquemos primero al Reino de Dios y al entendimiento correcto; pero
si no lo hacemos, entonces tienen que presentarse, y para nosotros esta
angustia será una bendición oculta porque por su conducto seremos
"consolados". Y por "consolación"(confort) la Biblia quiere decir la experiencia de la Presencia de, Dios, lo cual entraña el fin de toda angustia y
desolación.
Las iglesias ortodoxas muy a menudo han enseñado a
un Cristo crucificado que termina en la cruz; pero
la Biblia nos da el triunfante Cristo Resucitado.
Tomado del Libro " El Sermón del Monte " de Emmet Fox