La
historia, la biografía, la lírica y
otras formas poéticas son diversos
medios que se utilizan en la Biblia para comunicar el mensaje espiritual; y por
encima de todos, la parábola es la que más se usa para transmitir la verdad
espiritual y metafísica. En algunas instancias, lo que nunca se
pretendió que fuera más que una parábola fue, en ciertos momentos, tomado por
una afirmación literal de un hecho; y a
ello se debe que a menudo parezca que la Biblia enseña cosas contrarias al
sentido común. Uno de estos casos es la historia de Adán y Eva y el Jardín del Edén.
Entendida correctamente, ésta es quizás la parábola más maravillosa de todas.
Su autor nunca pretendió que se tomara como historia, si bien eso fue
precisamente lo que hizo cierta gente de mentalidad literal-con toda clase de
consecuencias absurdas.
La
Llave Espiritual a la Biblia nos rescata de todas estas dificultades, dilemas e
inconsistencias aparentes. Nos salva de todas las falsas posiciones del
Ritualismo, el Evangelicalismo, y
lo que se denomina Liberalismo por
igual, porque nos da la Verdad. Y la Verdad no es otra cosa que el hecho
sorprendente e innegable de que todo el mundo exterior -sea el cuerpo físico,
las cosas comunes de la vida, los vientos y la lluvia, las nubes, la tierra en sí-
está sujeto al pensamiento del hombre, y que
el hombre obtiene el dominio sobre el mundo cuando adquiere conciencia de ello.
El mundo exterior, lejos de ser la prisión de circunstancias que comúnmente se
supone que es, de hecho no tiene carácter propio de por sí -ni bueno ni malo. Sólo tiene el carácter que nosotros
le damos por cuenta de nuestro propio pensamiento. Se amolda de manera natural
como si fuera plástico a nuestro pensamiento, y esto
es así sepámoslo o no, querámoslo o no.
Tomado del Libro " El Sermón del Monte " de Emmet Fox